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lunes, 28 de enero de 2013

Hoy es el bicentenario de la no-historia de amor más famosa de la literatura universal

200px-Jane_Austen_coloured_versionCómo no. En fin, si yo no publicase una entrada hoy acerca del bicentenario de la publicación de Orgullo y prejuicio... ¿qué clase de estudioso-aficionado de Jane Austen sería? Exacto. Bastante desprestigio sufrí cuando se me pasó por un día la celebración de su 237º cumpleaños.
La cuestión es que llevo más de una semana leyendo tweets y actualizaciones de FB de diversas editoriales que no cesaban de recordar que hoy se cumplían doscientos años de la publicación de Orgullo y prejuicio, la novela más prestigiosa de Jane Austen titulada en un inicio como First Impressions o False Impressions, haciendo mención a ella como la "historia de amor más conocida de toda la literatura". Leerlo una vez, vale. Leerlo cientos de veces, no.

Si algo me duele profundamente —sí, hay muchas cosas que me dan directo en la patata, así soy yo, y cada vez más, es que se tache a Jane Austen como una autora romántica (romántica en el sentido de amor y mariposas en el estómago, no en el sentido del suicidio y del sturm und drang) y que no se vea más allá de la relación amorosa entre los protagonistas... Es decir, es obvio que las novelas de Austen 1359303644_291243_1359305919_album_normalcuentan con una trama romántica que las adaptaciones, tanto de la pequeña como de la gran pantalla, acentúan y que es la que en los libros se aprecia más fácilmente al fin y al cabo, Persuasión es, esencialmente, una historia de amor, de perdón, de arrepentimiento y de incertidumbre; y el componente amoroso en Sentido y sensibilidad, también tiene más importancia que el resto, pero en mi humilde opinión no creo que Orgullo y prejuicio sea una historia de amor.

Orgullo y prejuicio trata de, esencialmente, el matrimonio. Ya, por ejemplo, desde la primera oración podemos notar el tono irónico y satírico que nos acompañará durante toda la obra:

Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.

En la sociedad georgiana, es decir, la sociedad de la época que retrata Jane Austen, el único modo en que una mujer de buena, o mínima, clase y posición podía sobrevivir sin deshonrarse (sin trabajar, diciéndolo claramente) era el matrimonio, un matrimonio, a ser posible, con un hombre que poseyera la fortuna necesaria para poder vivir una vida cómoda y holgada. El afán de encontrar un buen marido que asegurara una buena vida y posición era la obsesión de todas las chicas burguesas, y de sus familias, de la campiña inglesa (y de las ciudades).

Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mentes de algunas de las familias que lo rodean, que algunas le consideran de su legítima propiedad y otras de la de sus hijas.

1359303644_291243_1359306408_album_normalEn este marco, pero, Austen nos coloca a dos jóvenes de poca riqueza que no buscan el matrimonio: Elizabeth Bennet piensa por ella misma y no tiene miedo de dar su más sincera opinión y Jane Bennet, más dulce y recatada, considera, así como también lo hace su hermana Lizzy, que el matrimonio debe fundamentarse en el amor y no en el dinero. Claro que con una madre que solo piensa en casarlas y con dos hermanas pequeñas que solo piensan en los oficiales, poco importarán sus opiniones.

Si nos fijamos, son las figuras más románticas o más típicas de esa sociedad las que se encuentran más ridiculizadas y parodiadas en toda la novela: la señora Bennet es un chiste con patas y su esposo no deja de reírse de ella sutilmente; a Kitty y a Lydia Bennet dan ganas de darles dos bofetadas; Caroline Bingley, por muy guapa y muy rica que sea, no sabe hacer otra cosa que pasearse por una habitación; y el señor Collins, a pesar de tener el puesto de pastor en la más honorable finca de Inglaterra de la más honorable aún Lady Catherine de Bourgh, es un pretendiente que deja bastantes cosas que desear... 

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Austen se centra esencialmente en captar el comportamiento humano, imprevisible y contradictorio, y en reflejar la sociedad de su época sin hacer mención alguna a los sucesos históricos. Orgullo y prejuicio critica a través de la más fina ironía y sarcasmo esa obsesión por el matrimonio y los bienes materiales.

Como no quiero hacer esta entrada más extensa de lo necesario, ni tampoco minarla de spoilers aunque un spoiler, en una gran obra, basándome en mi propia experiencia, no tiene importancia alguna, os lo aseguro, callaré aquí. Orgullo y prejuicio no es, no del todo, una historia de amor... al fin y al cabo, Elizabeth no se queda prendada totalmente de Fitzwilliam Darcy hasta que la opulencia de su mansión la deslumbra y la ciega.

6 comentarios:

Anónimo,  28 de enero de 2013, 16:30  

Y entonces Jane Austen porque no se casó?.... tienes toda la razon. Esta historia mas alla del amor es una fina critica a la sociedad de la época. Me parece una locura que la gente no lo entienda asi xD

Polly 28 de enero de 2013, 17:07  

No se sabe a ciencia cierta porqué Jane Austen no se casó, hay diversas teorías pero ella nunca dejó ninguna justificación escrita.

Como austenita que soy me pongo a sus pies caballero, por esta entrada tan brillante sobre una de mis obras favoritas de todos los tiempos. Y gracias.

Romina 29 de enero de 2013, 15:13  

Sé que esta no es una entrada para debatir la obra, pero no estoy de acuerdo con la última frase, de hecho no eres el primero que lo dice y trato de discutirlo siempre. Lizzy no se enamora de Darcy por la mansión, cuando está en la mansión conoce un lado de Darcy que no conocía y sus prejuicios se desvanecen, la criada lo pinta como un hombre amoroso, al igual que unos días más adelante lo hará la hermana, Darcy mismo cambia su comportamiento hacia Lizzy y sus parientes, con los que se siente mucho más cómodo que con los padres, y la suma de todos estos cambios es lo que la enamora a Lizzy. Si, sé que cuando se encuentra con su hermana le dice que la enamoró Pemberley, pero creo que es parte de la ironía con la que se maneja Lizzy y una forma rápida de contar lo que ha pasado sin dar demasiados detalles.
¿Que opinas?

Matt 29 de enero de 2013, 15:30  

Hola, Romina,

Opino que, por supuesto, hay más factores que enamoran a Elizabeth, por eso he dicho que no se prenda totalmente hasta que aprecia la riqueza de Darcy, ese punte es, como dices, para acentuar la ironía.

¡Saludos y gracias por comentar! :D

Gemma 3 de febrero de 2013, 12:23  

Aixxx todos estos días sin Internet y sin poder celebrar una maravillosa entrada cómo esta!!

Este tributo a Jane merece el pendiente té de las cinco juntamente con Lady Andvari... y las galletas de tu madre ;)

Long Life Austen!

Soumi 4 de febrero de 2013, 22:40  

Hola muy buena esta entrada. Y para mi Jane Austin utilizo la escritura para criticar la sociedad de la epoca escondiendo entre frases lo que la hubiese encantado decir a la cara a mas de uno.

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