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lunes, 26 de septiembre de 2016

The (Miguel de Unamuno) Experience II

The (Classic) Experience es una sección deLector Empedernido -como si yo fuera el único intelectual que reseña clásicos- en la cual haré pequeñas reseñas de las novelas clásicas que vaya leyendo (desgraciadamente, son pocas). Esta sección es aperiódica, es decir, tendréis una entrega siempre que a mi me salga del monóculo.


San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno

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Y más tarde, recordando aquel solemne rato, he comprendido que la alegría imperturbable de don Manuel era la forma temporal y terrena de una infinita y eterna tristeza que con heroica santidad recataba a los ojos y a los oídos de los demás.
Nunca es fácil reseñar una obra clásica, pero siempre lo consigo y salgo del paso. Sin embargo, la tarea se complica cuando se tiene que hablar de una novela como San Manuel Bueno, mártir, tan corta pero a la vez tan intensa, profunda y llena de significado. Unamuno nos habla de dos aspectos en esta novela que le preocuparon a lo largo de su vida: por un lado, el conflicto entre la duda y la fe, y por el otro, el sentimiento trágico de la vida.

Ahora bien, lo que podrían resultar dos temas enrevesados, don Miguel consigue reflejarlos con maestría tal que convierte su novela en una obra conmovedora que explora los más oscuros rincones del alma humana: ¿qué es la fe?, ¿qué es la vida? Todo ello lo consigue Unamuno empleando un estilo tosco y sobrio, sencillo pero no simple, que transmite un tono de angustia y desesperanza completamente afín a la temática del relato: un párroco que vive una mentira piadosa para hacer vivir, soñar, a sus feligreses. Este estilo narrativo se suma a un ritmo pausado pero ágil gracias a la división estructural de la obra: veinticuatro secuencias que explican la historia de San Manuel Bueno narrada por Ángela Carbanillo y una secuencia a modo de epílogo escrita por el mismo Unamuno. Por otra parte, las descripciones escasean, a excepción de la propia Valverde de Lucerna (la aldea donde se desarrolla la acción) y la montaña y el lago entre los que se encuentra, todo con el fin de simbolizar la dualidad entre la fe (montaña) y la duda (lago) entre las que se encuentra el pueblo (Valverde de Lucerna).

Por su parte, los personajes principales son maravillosos. Por un lado, tenemos a Ángela Carbanillo, la narradora de la mayor parte de la novela, cuya personalidad la convierte en algo más que en un recurso narrativo, ya que su misión principal, tal como se presenta al principio del relato, es transmitir la verdadera historia del santo don Manuel y lograr, como un evangelista, que su vida y sacrificio no caigan en el olvido. Por otro lado, nos encontramos con Lázaro, el hermano de Ángela, personaje redondo que evolucionará a lo largo de la novela y que dotará tanto a esta como al conflicto y lucha de don Manuel una mayor profundidad. Y por último, tenemos al mismísimo san Manuel Bueno, con sus ojos azules como el lago y su voz firme como la montaña, del que no diré demasiado para que el lector pueda descubrirlo por sí mismo.

unamunoDicho todo esto, no me queda más que recomendar fervientemente la lectura de San Manuel Bueno, mártir tanto a los que les interesan todos los temas filosóficos y teológicos que aborda don Miguel en esta obra, como a los que les dé reparo encontrarse con tales reflexiones, pues gracias al estilo que emplea Unamuno, nos encontramos con unas imágenes simples pero a la vez completamente bellas y llenas de simbología que harán las delicias del lector. Si alguna vez habéis sentido curiosidad por Miguel de Unamuno, dadle una oportunidad con esta novela corta sobre la angustia de la vida, la duda y la fe; pasead por Valverde de Lucerna y contemplad la nieve caer sobre la montaña y el lago.

Cátedra * Letras Hispánicas * 176 págs. * 8,40€

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jueves, 22 de septiembre de 2016

Reseña: The Thousandth Floor (EL PISO MIL) - The Tower #1

Título: El piso mil
Título original: The Thousandth Floor
Autora: Katharine McGee
Fecha de publicación: 22 septiembre 2016
Editorial: RBA-Molino
ISBN: 9788427210325
Precio: 18 €
Páginas: 400
Edad: +13
Saga: trilogía
Película: no
Sitio web: lecturaadictiva.es
Ilustraciones: no
Encuadernación: tapa blanda con solapas
Punto de vista narrativo: 3ª pª (múltiple POV)
PRIMER CAPÍTULO


Sinopsis:
A tres kilómetros del suelo, la chica piensa: «Si no hubiese hablado con él». A dos kilómetros del suelo, piensa: «Si no hubiese sido tan estúpida». A un kilómetro del suelo, piensa: «Si hubiese contado la verdad». Después ya no piensa nada. Sus secretos caen al vacío con ella, pero su historia no acabará con su muerte.

Reseña: Era la una y cuarto de la madrugada cuando cerré el libro. Inmediatamente tuve el impulso de sentarme en la silla (recordemos: madrugada; una y cuarto; cama; obvi) y ponerme a escribir esta reseña. Al fin y al cabo hacía más de un año que leer una novela no me provocaba esta sensación, este calorcito en el pecho y temblor en las manos que te lleva a querer compartir con el mundo entero lo que acabas de leer. Daba igual la hora, daba igual que tuviera que dormir. Pero me dije: no, calma; mejor échale un vistazo a Goodreads. A ver qué se cuenta la gente, qué opina, qué les ha parecido. Gossip Girl meets Pretty Little Liars: year 2118. Es un buen resumen. Pero, ¡ah!, las expectativas.

Ya hay gente que dice que puedes leer algo sin expectativas, pero es una mentira muy grande y muy fea. Bueno, sí; puedes intentar leer un libro sin esperarte gran cosa de él. Supongo. Vale, eso puede ser posible. Lo que no puedes es escapar del paratexto: la portada, la contraportada, las solapas, la sinopsis, el título. Todo ello te va a construir una idea previa sobre lo que vas a leer. ¿A qué viene este rollo, Matías? A algo a lo que decían varias usuarias de Goodread: "Problemas de niños ricos. Opulencia. Secretos. Bleh". Reconozco que yo tuve un problema similar: "Año 2118. Un rascacielos hiperfuturista. Una muerte misteriosa. Lo publica RBA-Molino". Mi primer pensamiento fue: "Dios mío, una distopía con toques de Gossip Girl". Digamos que solo acerté con lo de Gossip Girl. A lo que me vengo a referir es que no puedes leerte un libro (en el caso de la edición americana) con una portada fancy, una contraportada con una cita de Cecily von Ziegesar, y una solapa que te destripa la vida de los cinco adolescentes que protagonizan la novela y esperarte algo que no sea opulencia, white girl problems e intrigas galdosianas de telenovela. Mi excusa para esperarme una distopía es que no leí nada más allá de las tres primeras líneas en cursiva de la sinopsis disponible en Amazon. Aun así, a pesar del choque entre mis expectativas y la realidad, no he podido quedar más satisfecho ante lo que me he encontrado.

Así que, ¿qué tenemos entre las manos? Tenemos Manhattan reconvertido en un rascacielos de mil pisos. Tenemos lentillas que funcionan como Smartphones. Tenemos a Avery, una chica planeada genéticamente para ser la más hermosa del lugar y que encima vive en el piso mil, por encima de todo el mundo; pero que no es feliz. Tenemos a Leda, una nueva rica amiga de Avery; pero que no es feliz. Tenemos a Eris, la joven más guapa y rica de toda la Torre, después de Avery, por supuesto; pero que no es feliz. Tenemos a Rylin, una muchacha que vive en el piso 32 que, tras la muerte de su madre, dejó el instituto para trabajar y cuidar así de su hermana; y que, obviamente, no es feliz. Tenemos a Watt, un hacker y un genio de la informática del siglo XXII que sueña con ingresar en el MIT; y que, claro, tampoco es feliz. Tenemos una misteriosa muerte a modo de prólogo: una chica que cae desde lo alto de la Torre. Y tenemos secretos, traiciones, vestidos caros y tacones altos; ambición, sueños, esperanzas y amores no correspondidos y otros que se truncan.

"Sometimes love and chaos are the same thing"

¿Suena atrayente, verdad? Pues mezclémoslo con una narración sencilla que hilvana los sucesos adecuadamente y que se deja leer fácilmente (pero, ¡ojo!, con sutiles detalles que van construyendo la evolución de los personajes y que trazan el camino hasta el fatal desenlace). Añadámosle unos cuantos giros argumentales y un ingenio que le permite a McGee unir y desunir a todos los protagonistas en los que fija su atención. Con todo ello, la autora consigue construir una novela adictiva, coral y caleidoscópica, ya que la narración en tercera persona pero focalizada en distintos puntos de vista (cada capítulo se centra en uno de sus cinco protagonistas) establece juegos especulares gracias a los pequeños detalles que facilitan que el lector se anticipe a los sucesos y se enganche a sus páginas para descubrir cuál será la reacción del personaje o qué resultará del encontronazo entre ellos.

Ahora bien, no es oro todo lo que reluce, y en una novela llena de excesos y joyas, esto no podía ser menos. Si tuviera que sacarle un defecto al debut de McGee, sería sin duda su ambientación, algo escasa en detalles y resbaladiza. Es decir, daría igual que la autora situase su historia en el 2118 como en el 2016: los problemas de los personajes son los mismos que podría tener un adolescente de hoy en día, la sociedad parece exactamente igual a la actual (a excepción de una mayor tolerancia respecto a las diversidades sexuales y raciales), no se da ninguna explicación histórica (¿ha pasado algo en el siglo que nos separa de este futuro?) y el ambiente futurista (las lentillas, los trenes de maximísima velocidad —de NYC a París en 3 horas; ni el AVE de Barcelona a Madrid, oiga—) parece tener únicamente el objetivo de crear una atmósfera más glamurosa y delicada (como un bar en el que las bebidas flotan en forma de burbuja y tú solo tienes que dar sorbos a través de tu cañita particular; el sueño de toda it girl). Sin embargo, esta carencia se convertiría en un grave defecto en el caso de que la intención de McGee fuera escribir una verdadera historia de ciencia-ficción, lo que no parece ser el caso: aquí lo que importa son los amores y desamores de los protagonistas y su relación con el intrincado mundo de lujo y apariencias en el que viven; la ambientación futurista, efectivamente, está de adorno, y en una historia como la que nos presenta, eso no es ningún inconveniente; ahora bien, también hay que señalar que sin cierta tecnología, no habría ciertos problemas...

"(...) Like, listen to this song." She sighed. "It's about being in love even when you never get to see the person, because you're a thousand miles apart. No one would write anything like this now, because our lives are so automated and easy (...)."
"Hey! (...) Don't you like always getting everything you want?"
Avery looked down, suddenly sad. "I don't get everything," she murmured.

En definitiva, no puedo hacer otra cosa que recomendaros su lectura encarecidamente, sobre todo si lo que os apetece leer es una novela de amores no correspondidos, de dramas entre amigas y fiestas lujosas que acaban con traiciones y disgustos. Nos encontramos ante una novela adictiva, magnética y resplandeciente, con unos personajes que cuentan con matices sorprendentes que permiten que el lector pueda identificarse fácilmente con ellos o, como mínimo, entender sus problemas y preocupaciones, aunque no las comparta. Así pues, si no os podéis resistir a los problemas de los ricos al más puro estilo Downton Abbey o Gossip Girl, si os entusiasman las novelas fundadas en sus personajes... no os podéis perder la nueva apuesta de Molino y el debut de Katharine McGee. Y que no os asuste que sea una trilogía... porque tras su final no querréis otra cosa que lanzaros a por su continuación.

La autora: Katharine McGee

Katharine McGee nació en Houston, Texas. Estudió Literatura Inglesa y Francesa en Princeton y cuenta con un Máster en ADE por la Universidad de Standford. En sus años como habitante de un segundo piso en un edificio de Nueva York fue cuando empezó a soñar despierta con rascacielos... y entonces empezó a escribir. El piso mil es su primera novela.


Traducción propia de la solapa de la sobrecubierta de The Thousandth Floor (2016, Harper Collins).

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viernes, 19 de septiembre de 2014

The (Miguel de Unamuno) Experience

The (Classic) Experience es una sección de Lector Empedernido -como si yo fuera el único intelectual que reseña clásicos- en la cual haré pequeñas reseñas de las novelas clásicas que vaya leyendo (desgraciadamente, son pocas). Esta sección es aperiódica, es decir, tendréis una entrega siempre que a mi me salga del monóculo.



Niebla, de Miguel de Unamuno

Augusto Pérez es un joven que empieza a vivir cuando ve a una muchacha atravesar la calle en la que él vive y decide seguirla. Sí, literalmente, empieza a vivir cuando la ve: sale de su casa, cierra la puerta, no sabe adónde ir, la ve y la sigue. Y cuando ella llega a su vivienda y la portera lo mira inquisitivamente, piensa que no le queda otra opción que cortejar a esa muchacha, ¿por qué no? Pero la jovencita ya tiene prometido y la cosa se complica. Augusto no piensa rendirse; ahora ha empezado a vivir, Eugenia lo ha hecho vivir en cuanto el lector ha empezado a leer su historia. Y va al casino, habla con su amigo Víctor, se levanta la niebla, se encuentra con Orfeo, repara en Rosario, la niebla espesa. ¿Quién es Augusto?

«(...) ¡Ah, mi azarosa Eugenia! Esta mi vida mansa, rutinaria, humilde, es una oda pindárica tejida con las mil pequeñeces de lo cotidiano. ¡Lo cotidiano! ¡El pan nuestro de cada día dánosle hoy! Dame, Señor, las mil menudencias de cada día. Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías, y es porque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. Y la vida es esto, la niebla. La vida es una nebulosa. Ahora surge de ella Eugenia. ¿Y quién es Eugenia? ¡Ah!, caigo en la cuenta de que hace tiempo la andaba buscando. Y mientras yo la buscaba, ella me ha salido al paso. ¿No es esto acaso encontrar algo? Cuando uno descubre una aparición que buscaba, ¿no es que la aparición, compadecida de su busca, se le viene al encuentro? ¿No salió la américa a buscar a Colón? ¿No ha venido Eugenia a buscarme a mí? ¡Eugenia! ¡Eugenia! ¡Eugenia!»

Me daba miedo acercarme a Niebla después de todo lo que había oído sobre ella y de la equivocada idea que tenía de Unamuno por culpa del instituto y de los fragmentos, tan mal elegidos, que había de sus obras en mis libros de texto. Esta idea, pero, se fue diluyendo de mi cabeza sin yo darme cuenta, y no fue hasta que me crucé con Abel Sánchez que me percaté de ello. ¿Y si Unamuno no era un autor tan difícil como me habían hecho creer? ¿Y si... yo había crecido como lector y estaba listo para disfrutarlo? A veces no hay libros pesados, sino lectores ligeros. En algún momento, no sé cuando, dejó de ser pesado o yo dejé de ser ligero. Y al toparme con Niebla di gracias por haberme encontrado primero con Pirandello, por tener experiencia, por saber gracias a él lo que me tengo que esperar ante la palabra metaliteratura. Si bien el propio Unamuno afirma que no conocía ni a Pirandello ni a su obra hasta que empezó a leer en la crítica italiana su nombre junto al suyo propio, los paralelismos entre uno y otro, en su modo de pensar, son claros, y el mismo don Miguel afirmaba esto (tal lo dice él así en el artículo Pirandello y yo, presente en esta edición de Cátedra).

Unamuno juega en Niebla con la identidad y la existencia igual que Pirandello jugó con ellas (más o menos, me estoy adentrando en un terreno que, sinceramente, no conozco demasiado) en El difunto Matías Pascal, pero juega con ellas del mismo modo que luego Pirandello hizo en Seis personajes en busca de autor: a través de la creación literaria. ¿Quién es Augusto? ¿Qué es su vida? ¿Qué es su existencia? Es lo cotidiano, es niebla. Y lo mejor es cómo Unamuno nos transmite esta sensación: primero, el prologuista es Víctor Goti, el mejor amigo de Augusto Pérez; luego, encontramos relatos ajenos a los personajes y, aparentemente, a la trama principal, que pueblan la novela intercalándose con los affaires de Augusto, así como Cervantes hacía en su Quijote; la teorización sobre el término nivola que encontramos esparcida por aquí y por allá a lo largo del libro; y, finalmente, el desenlace mismo de la obra. ¿A qué juega Unamuno?, nos preguntamos; y solo hay una respuesta, o tres, o una triple respuesta: don Miguel juega a escribir sobre escribir, a escribir sobre leer, a escribir sobre existir.

unamuno2Así pues, Unamuno se vale del juego metaliterario para expresar la angustia existencial y, a su vez, utiliza el "romance" entre Eugenia y Augusto y toda la reflexión que este conlleva sobre el amor como correlato para reflejar la dicotomía, o tal vez dualidad, entre la realidad y la ficción. Todo ello lo consigue el escritor bilbaíno a través de una narración escondida entre largos diálogos y profundos monólogos, consiguiendo, gracias a ello, un ritmo fingidamente ágil, ya que el lector tiene que tener los ojos bien abiertos y leer pausadamente para lograr entender bien la obra —o al menos intentarlo, no se trata de una novela sencilla, aún dudo haberla entendido claramente y dudo más lo que os estoy contando— y conseguir captar los mecanismos de los que se vale don Miguel para elaborar este juego literario en el que, como reza la contraportada, «lo único real es el propio acto de lectura».

¿Qué podría decir entonces de los personajes si son solo entes de ficción? Poca cosa o todo. Unamuno deja bien claro que se tratan de ficciones, de personajes sujetos a su poder y a su pluma creadora, sin embargo, nos encontramos con personajes llenos de profundidad, de angustias y preocupaciones, llenos de vida; nos encontramos, en definitiva, con personajes reales a pesar de su claro carácter ficticio; nos damos, pues, de bruces con la total ambivalencia entre la realidad y la ficción, ¿y es que hay algo más real que las dudas sobre la propia existencia?

(...) lo más liberador del arte es que le hace a uno dudar de que exista. Y pienso que tenía razón. Y que el hombre que nunca haya dudado de su propia existencia sustancial, de que sea algo más que una ficción, una sombra, un sueño, o el sueño de una sombra, que dijo Píndaro, no está liberado.
"Una entrevista con Augusto Pérez", Unamuno (Salamanca, octubre 1915).

Aunque no me queda nada más que decir, me cuesta ponerle punto y final a esta reseña, o más bien a este intento de reseña, tan confusa, tan rebuscada, tal larga y tan, tal vez, pedante. Parece que he dicho mucho sin decir nada, o quizás no he dicho nada a pesar de decir mucho. Qué más da, eso no importa, pues lo que importa es la existencia, es la identidad, es escapar de la niebla de la vida. ¿Pero es posible? Leed Niebla.

9,00€ * 304 págs. * Cátedra (Letras Hispánicas)

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Las fotos originales de las cabeceras han sido buscadas en Wehearit.

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